lunes, 23 de febrero de 2009

Oscars bochornosos


Que todos los premios son subjetivos (incluídos los Nobel) ya debiera saberlo todo el mundo. Pero ayer por la noche asistí (y prometí no hacerlo) on line a la más penosa ceremonia de los Oscars que he visto en toda mi vida, y donde está claro que triunfa la política y el buenrollismo. Eran unos premios para tiempos de Obama, y marcados por la crisis, lo que se notó en una ceremonia sequísima, muy fría, que el sosainas de Hugh Jackman (que no tiene gracia alguna) no levantó en ningún momento. La cosa ya empezó mal con las nominaciones, como ya mencioné aquí mismo. Pero es que además hay muchas cosas que acaban cabreando, y mucho:

-¿Por qué le robaron todos los premios a Wall-E, excepto el obvio?

-¿Por qué le robaron algunos premios merecidos a The Dark Knight, incluidos un par de obvios?

-¿Por qué ponen a Queen Latifah cantando y una panorámica confusa para los grandes del cine que nos han dejado este año, que ha sido especialmente doloroso y sentido?

-¿Por qué salen cinco premiados para anunciar a los nominados a actores?

-¿Por qué no hay montajes visuales sobre la Historia de Hollywood que hacían grandes hasta las galas más aburridas?

-¿Por qué Kate Winslet habla sin parar, como el conejito de Duracell?

-¿Por qué narices le dan el premio a Sean Penn por segunda vez, por encima de Frank Langella y, sobretodo, del formidable Mickey Rourke?

-Y lo más sangrante. ¿Por qué diablos Slumdog Millionaire se lleva la palma, siendo la mediocrísima película que es? Para referencias, ver la crítica de Tomás Fernández Valentí, que resume mis impresiones sobre tan azucarado engendro.

En fin... monumental desastre que no tiene nada que ver con el cine. Menos mal que, pasada esta estupidez y el mal trago, en las salas se quitan los corsés. Vienen Watchmen, Lobezno, Star Trek, Terminator. El cine entretenido, y para mí, el cine de verdad, qué quieren que les diga.

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