sábado, 30 de octubre de 2010

Granos de arena


Se ha explotado mucho el término Web 2.0 para dar cuenta de la transformación de Internet en estos últimos años, consistente en una interacción más amplia de los usuarios en muchos de sus servicios. El triunfalismo del término, siempre en manos de sus publicistas, debe encontrar su contrapunto. Escéptico como soy, no puedo dejar de observar que las sombras son más numerosas que las luces en este fenómeno.
La primera falacia es decir que la web 2.0 se contrapone a la anterior en que el usuario no es un mero receptor, sino que participa de la creación de contenidos. Excuse me? En Internet, el usuario nunca ha sido un usuario pasivo, pues, a diferencia de la televisión, siempre ha podido elegir los contenidos a los que tenía acceso. La diferencia con otros medios es que la falta de audiencia no elimina webs, porque no se pierde mucho dinero. De hecho, la estructura de Internet sigue siendo igual técnicamente hablando.
La web 1.0 tenía sus aciertos, de hecho. Es cierto que el acceso era bastante más complicado, y el diseño era muy primitivo, pero había páginas personales en abundancia, los grupos de noticias como Usenet permitían un intercambio de ideas muy fértil, y cundía la noción (algo ingenua) de que Internet era una reunión de mentes, ya que nadie que al menos no supiera programar en HTML podía introducir contenidos. En resumen: había una criba, siquiera técnica, para separar la paja del grano.
Algunos de los críticos más feroces de la web actual (pues no estoy solo en esto), se han centrado en la Wikipedia y las redes sociales. De ambas cosas he hablado en otras ocasiones. La Wikipedia funciona muy bien a pesar de sus detractores, pero porque tiene editores en escalas de jerarquía. Respecto a las redes sociales, como Facebook y Twitter, sólo apuntaré aquí que son reducciones perversas de la comunidad humana.
Quiero centrarme esta vez en otra vertiente del tema. Si uno lee una edición digital de un periódico cualquiera, puede observar que muchas noticias tienen la posibilidad de ser comentadas y valoradas por los usuarios (es decir, lectores 2.0). Hoy en día cualquiera puede tener un blog y contarnos lo que le venga en gana. En Youtube todo el mundo mira y comenta videos de perros, gatos y bebés. Hay sitios de noticias elegidas por los usuarios, como Digg. Y por supuesto podemos colgar nuestras fotos turísticas en Flickr.
¿Cuál es el balance? Primero, el de la trivialidad: la mayor parte de contenidos están basados en la actualidad, o en temas bastos y primarios. Los comentarios a las noticias se convierten en cruces de insultos o vulgaridades. Se ha perdido para siempre la "aristocracia de los que entienden", en favor de la mediocracia de los que creen que entienden, que somos todos. Pero aunque yo me crea más inteligente que los demás, lo que digo se perderá en un mar de murmullos más o menos similares. Un grano de arena tiene su belleza propia, pero es muy difícil apreciarlo en una playa.

jueves, 21 de octubre de 2010

Wells el precursor


Del mismo modo que todos los trucos de la novela policíaca están ya contenidos en los tres cuentos que Poe dedicó a Auguste Dupin, todas las claves del género de ciencia ficción están contenidas en el primero de sus autores, el no siempre valorado H.G. Wells. Los pioneros no tienen mérito sólo por ser los primeros, sino porque suelen ser los mejores. Poe era notoriamente mayor escritor que Conan Doyle, y Wells era bastante más hábil que la mayoría de sus sucesores en el género.
En El Hombre Invisible, Wells trata el tema del científico loco, pero es lo suficientemente astuto como para describir a un hombre que enloquece progresivamente. Aunque desde el principio sabemos que Griffin es un hombre con escaso valor humano, simpatizamos más con él que con su compañero Kemp, un científico más razonable que, sin embargo, organiza una salvaje cacería contra el hombre invisible, ayudado por una masa anónima y detestable.
Wells retoma el tema, pero con un tono sensiblemente distinto, en la Isla del Dr. Moreau. Aquí oímos los ecos de Swift. El Doctor Moreau es el dictador de una isla poblada por sus criaturas (asombrosa predicción de la ingeniería genética), pero los hombres-bestia nos inquietan genuinamente, del mismo modo que le quitan el sueño a Prendrick. No he podido leer Los Primeros Hombres en la Luna, de modo que me reservo una entrada futura.
Los marcianos de La Guerra de los Mundos no son odiosos, porque no tienen ningún atributo humano apreciable. Son simplemente una fuerza hostil puesta por Dios (Wells, conocido evolucionista, no cae en los reduccionismos actuales) para poner a prueba la arrogancia humana. Sin embargo, sentimos una pena extraña por los marcianos cuando aúllan en su enfermedad, enmedio de un Londres vencido. Y del mismo modo sentimos un extraño orgullo ante la reflexión final, eminentemente poética.
En La Máquina del Tiempo, Wells vuelve a usar, como marca de la casa, narradores descoloridos que sin embargo tienen unas dotes asombrosas para la descripción y la reflexión. Uno de los mayores aciertos de esta novela es situar su acción en un año futuro lo suficientemente lejano, el 802.701, como para no tener que dejarse inquietar por las comparaciones. Ningún autor de ciencia ficción posterior (ni siquiera Wells) tiene ese acierto. Dentro de ochocientos mil años, si como yo aventuro alguien lee a Wells, no le importará que el futuro sea totalmente diferente.

lunes, 18 de octubre de 2010

Pies de barro


El caso de Jesús Neira es digno de ser analizado con perspectiva y con la cabeza fría, algo de lo que los medios de comunicación son incapaces. Quizá Neira ilustre la afirmación de que "un héroe de nuestro tiempo", en palabras de Lermontov, ha de ser una figura trágica. Hace dos años, este profesor universitario de Teoría del Estado se encontró con que un hombre estaba pegándole una paliza a una mujer, y se interpuso verbalmente. El agresor atacó a Neira con tal saña, que éste finalmente entró en un largo coma.
La mujer defendida por Neira, una tal Violeta Santander, aprovechó sus cinco minutos de fama para subirse a la palestra de La Noria, y defender a su maltratador, un tal Antonio Puerta. No fueron pocos los espectadores del repulsivo show, que debiera ser siempre medido por este episodio, y algunos incluso la creyeron. Más adelante, Neira salió del hospital, tras alguna recaída en su estado, y cayó en la misma trampa que ella.
Era un héroe. El público, los medios, y los políticos se encargaron de ensalzarlo. El profesor no acabó de digerirlo del todo, y enmedio de la vorágine creada a su alrededor, se olvidó de que el mayor crimen del mundo es tener una opinión propia. Como además su visión de las cosas, difundida con poco tacto, parecía concordar con una posición política incómoda, la gente que antes lo ensalzó empezó a acumular un sordo rencor contra él.
Sólo era cuestión de tiempo que se desatara la furia, bien alimentada por las cámaras televisivas. Neira les dio la excusa perfecta al conducir con más alcohol de la cuenta en su sangre. Entonces empezó el linchamiento, por parte de los mismos que lo habían santificado, y de otros, que la masa tiene una condición muy porcina. Fue destituido de algún cargo, y vilipendiado por muchos grupos feministas y de izquierda.
Todo ha acabado de una manera extraña y precipitada. El antiguo agresor ha aparecido muerto por sobredosis, Neira ha vuelto a recaer en su estado de salud, y la antigua agredida ha sido ingresada en una clínica psiquiátrica. Ninguno de los actores de esta obra lo iba a admitir, pero todos han sido víctimas de una bestia con mucho mayor poder que la ira, las drogas, y el resentimiento: la fama televisiva, que los ha arrastrado a todos por el fango.

martes, 5 de octubre de 2010

El bufón es rey


A menudo me da por pensar que la locura es una amplificación de la cordura, ya que el caso contrario es mera estupidez. Así, cuando Calígula nombró cónsul y senador a su caballo favorito, lo hizo menos por capricho que por ampliación de la humillación al Senado que Augusto había comenzado. Era una forma de decirle a los miembros de un Senado sin poder alguno: “¡cualquiera puede hacerlo!” Por ello, no debe sorprendernos demasiado que, si Belén Esteban se presentara a unas elecciones generales, fuera la tercera fuerza más votada. Es un síntoma de que estamos en democracia, ya que ahora el pueblo toma el lugar de Calígula. Pero también es síntoma de lo degenerada que está la democracia.
¿Ha de sorprendernos? Belén Esteban es, al fin y al cabo, una persona que habla en el lenguaje del pueblo llano, ese pueblo cuya religión es el fútbol y sus altares caseros son los televisores. Podemos decir que los méritos de esta mujer son haber sido el receptáculo del semen de un torero mediocre, y ser el reclamo principal de la cadena de televisión más zafia de la galaxia catódica. No hay que desdeñar la conexión italiana: recordemos la memorable carrera política de la actriz porno Cicciolina, que estuvo dispuesta a hacer un trato sexual con Bin Laden. Algunos de los candidatos a las elecciones de California eran igualmente exóticos.
Pero, después de todo, ¿tenemos algo mejor? Hagamos un breve repaso. En España tenemos a un presidente que dice que “la tierra no pertenece a nadie, salvo al viento”, y que llama “desaceleración” a una caída al vacío. En Francia, el presidente es un mequetrefe con ínfulas racistas y aire de playboy. En Italia, siempre tan parecida a España, el líder es un sátiro mafioso y burlón que se mofa de las desgracias pasadas y presentes. En Alemania, tenemos a una maternal vaca que impone recetas inútiles a una crisis económica. En Inglaterra desfilan papagayos sin personalidad definida, mientras que en Rusia se va asentando una casta de oscuros funcionarios tiránicos con las manos ensangrentadas. Para rematar la faena, el líder del “mundo libre” es un tipo que apoya la construcción de una mezquita al lado de los restos de la Zona Cero.
Siempre me ha parecido irónico que uno de los grandes defensores de la democracia fuera Winston Churchill, quizás el mejor político del siglo XX, o al menos, el único que me inspira un cierto respeto. Pero ahí tenemos a China, desconocedora absoluta de las bondades del sistema representativo, y que camina con aire imperial hacia un destino de grandeza económica y poder estratégico crecientes, con niveles de bienestar cada vez mayores en la zona más poblada de la Tierra. Si el sistema democrático representaba un paradigma defendible, la existencia de una China próspera, y los síntomas de la degeneración en nuestras fronteras, son suficientes para plantearse un paradigma político nuevo.

domingo, 3 de octubre de 2010

Un futuro distinto


Una amiga mía fue a una vidente en contra de mis consejos. Le dije "tienes un buen trabajo, tu pareja te hace feliz, y no tienes apuros económicos. ¿Es que quieres tener un hijo?". Erica reía y me golpeaba el hombro con cariño, como siempre que le gastaba estas bromas. Me decía que yo no creía en nada, cosa que quizás era cierta. Pero lo que me contó de la visita fue algo digno de ser mencionado. Me dijo que la vieja vidente. que por cierto era ciega, le había dicho esto:
"Tu futuro... tienes miedo de perder y de ganar, como tantos. Veo cosas confusas, pero puedo decirte algunas. El 15 de Noviembre conocerás a un hombre, llamado Tristán, que te hará dudar sobre tus relaciones, porque te sentirás atraída. ¡No me preguntes qué pasará! ¿Acaso no depende de ti? Ese Tristán trabaja de corredor de Bolsa, y sus negocios se verán alterados por una caída generalizada en sus acciones que empezará a finales de este més, de hecho los números serán negativos a partir del cierre del 30 de Octubre. Es guapo, pero le faltan agallas y escrúpulos, y tiene un hijo con un antiguo lío. Ese hijo morirá en un accidente de esquí, dentro de 25 años, y su novia llorará poco por él. En Navidad, querida mía, tendrás una discusión con tu hermano menor, Roberto, y estaréis mucho tiempo sin hablaros, aunque eso también depende de ti. El año que viene te ascenderán, si sigues trabajando como hasta ahora. Tu jefe, que tendrá un ataque al corazón dentro de tres años, exactamente el 15 de marzo, está contento contigo. Perdona, hija... perdona... veo cosas. Veo algo que nadie puede evitar en primavera, en Abril, un atentado contra un aeropuerto... no, no te afecta. Es en Berlín... morirán 57 personas, y nadie se atribuirá la autoría, pero habrá una persecución contra musulmanes por parte de la cancillería. Si dejas de fumar, conseguirás evitar un cáncer de pulmón que te llegaría a los 51 años. El futuro es un montón de líneas, algunas de las cuales dependen de nosotros, pero no todas. Tienes un amigo que se llama Pedro, ¿verdad? Curioso futuro el suyo... muy curioso. Hay un par de cosas que ese amigo no podrá evitar, y que no le gustarán. ¿Os lleváis bien? Seréis amigos muchos años. En algún momento que no puedo determinar, uno de los dos le salvará la vida al otro. Querida mía... serás feliz si quieres serlo. Habrá una inundación en una provincia china la semana que viene... muchos muertos. Y una persona que no puedo decirte te traicionará con las primeras nieves de Febrero. Quien menos esperas. ¿Te gustaría ganar algo de dinero extra para comprarte ese bolso que viste en el Corte Inglés el Viernes pasado, que tanto te gustó? Apuesta contra todos tus amigos que el Betis subirá a primera, porque, aunque nadie lo piensa, así será... ahhh... estoy cansada. Coge la cartera y dame dos de los cinco billetes que tienes en ella. Muy bonita la foto de tu pareja, por cierto... cuando se la hizo pensaba en ti."
Cuando mi amiga Erica me contó esto, le pregunté varias veces si era cierto, pero yo la conocía muy bien, supe leer en su cara que era sincera. Me asusté mucho, y le dije que a partir de ahora nunca más diría que no creyera en los videntes. Me dijo que fuera yo, pero me entró tal terror que casi me echo a correr de la plaza llena de niños y palomas en ese mismo momento. Esa noche no pude dormir nada bien, la verdad.