domingo, 14 de diciembre de 2008

La secta de Tarantino











Es algo infalible, ocurre en todos los ámbitos sociales (especialmente urbanos y mediocres). Bueno, os pondré un ejemplo personal, sin dar nombres, claro. Como ya sabrán los cuatro gatos que leyeron la linterna mágica (mi antiguo blog), pues me gusta el cine, y por supuesto, hablar de él. Ocurre que hay unos cuantos estrenos pendientes, con trailers interesantes, que comento con amigos o compañeros. Al personaje de esta entrada lo llamaremos Mr. Lavanda.

Le comento si ha visto el trailer de la última de Fincher, respuesta "eso no me va para nada". ¿Valkyria? "sale Tom Cruise ¿no?", Star Trek "bueno, eso es muy friki", W. (la de Oliver Stone) "quizás esté bien, no sé", Watchmen "la dirigió el de 300, eso es basura", El intercambio "no parece muy interesante". Y se supone que el señor Lavanda es un cinéfilo.

Pero en otro momento me lo suelta: "Me he bajado Grindhouse". Sí, amigos, gente que no tiene mayor interés o curiosidad por el cine mundial babea por todo lo que hace el listo de Tarantino (sobre su filmografía no cabe hablar aquí, para mí lo único bueno que ha hecho es "Reservoir Dogs" y "Jackie Brown"). Y por añadidura, les ríen las gracias al tomapelos de Robert Rodríguez, un hombre que si algo ha demostrado en su vida es que NO sabe hacer cine.

Son legión. Los Tarantinitos son una legión, de todas las nacionalidades y culturas, la mayoría jóvenes con una superficial cinefilia mal entendida. Nómbrales a Fred Zinnemann a esta secta, y verás qué pasa. Porque son una secta, un culto. Y estas son las reglas de la secta de los Tarantinitos:

-Todo lo que hace Tarantino es buenísimo

-La música de Tarantino es lo más

-Nadie se atreve a hacer lo que hace Tarantino

-Tarantino es mi Dios y Rodríguez su profeta.

Es una moda que lleva algunos años gestándose. Parecida a la que hubo (y subsiste) entre cierta población con Woody Allen, y eso en sus buenos tiempos. Y lo peor de todo, lo más triste, es que Tarantino sabe que es el líder de una secta, y se contenta con dar lo que sus hijos (de Doom) le piden. Y uno, que es zorro viejo, sabe que el bueno de Quentin podría hacer cine de verdad y lo ha demostrado. Pero mientras existan los dependientes del FNAC, los foros chapuceros, y los trabajos mediocres donde todo el mundo cree saberlo todo sobre todo, siempre habrá un listo como Tarantino que seducirá a media platea por un hecho sencillo y palpable. Y ello es que todos sus acólitos se repiten a sí mismos:

"Yo podría haber sido como él".

Hay una versión cañí y aún más molesta del tema llamada Santiago Segura. Pero escribir su nombre es ya más de lo que se merece por mi parte.

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