domingo, 10 de mayo de 2009

Sobre las prioridades


Querido B, me cuentas que estás bien de salud y me alegro de ello. Con inmoderación, me interpelas sobre ciertas cuestiones relativas al triunfo del Barcelona en las tres competiciones abiertas, y sobre el próximo debate que nuestros políticos abrirán en el Congreso en pocos días. He de responderte con franqueza, pues el trato sincero es la mejor prenda entre dos hombres preclaros, aunque nuestras lunas estén en distinta fase, menguante la mía y creciente la tuya, así los dioses lo quieran.
Un hermano mío estuvo en Londres con unos que creía amigos, y acudieron a la prédica de un orador en el Speaker´s Corner de Hyde Park. El orador, con certera agudeza y sentido común, señaló a uno de esos amigos, observando que llevaba una camiseta del equipo que tanto admiras, y le dijo: "El fútbol está bien, pero es un orden muy bajo de prioridades". Mi encarecido amigo, nuestro tiempo en la Tierra no es eterno y nuestra búsqueda ha de centrarse en la sabiduría, no en las bajas pasiones.
Quiero decir con esto que observarás a mucha gente celebrando la presumible victoria del Barcelona en las competiciones, o a la masa enardecida insultando a alguno de los políticos eminentes que tomarán en estas fechas el atrio de los oradores. Y yo te digo que ninguno de ellos es tu amigo, ni digno de ser tu enemigo. El vulgo, cuando insulta al Madrid, o a Rajoy, o a la inversa, insultan a lo que no les gusta de sí mismos: al jefe que los humilla, a la mujer que los engaña, a las personas que no tolerarían esos insultos sin pérdida personal para ellos.
No encarnices en enemigos invisibles, que están muy lejos de ti en altura y posición, las energías que debes emplear en la búsqueda de tu bien y estabilidad. Que estas cosas no te las dará ni el más preciado estadista, ni te las quitará, si las has conseguido de buen mérito, el más bruto de los dictadores. Ellos se ocupan más de sí mismos que del bien común. Del mismo modo, debes mantener una prudente distancia con aquellos que se exaltan en los partidos de pelota. Pero no dejes de celebrar lo que es digno de celebrarse.
Lo que ves en los periódicos y televisiones tiene poco que ver contigo. Muchas personas hay hoy sumidas en el desaliento, que dirán que la culpa de sus males es de Zapatero, o que Rajoy es un fascista. Aléjate de esas posturas necias, que nada han de procurarte, y mantente cerca de los tuyos, que un día han de echarte a faltar, o tú a ellos. Pero por encima de todo no seas incoherente, y mal maestro de experiencia sería yo si te dijera estas cosas y luego fuera a votar al colegio. Abstente de participar en la vida pública, amigo mío. Tu vida privada es mucho más importante.

No hay comentarios:

Publicar un comentario